Los escolares son las potenciales víctimas de la inseguridad ciudadana en El Alto, de acuerdo a un estudio del Centro de Promoción de la Mujer Gregoria Apaza.
-Los adolescentes de la ciudad de El Alto cuentan que los robos, asaltos y los antisociales son las principales razones para sentirse inseguros en las calles y en la escuela.
Un estudio del Centro de Promoción de la Mujer Gregoria Apaza revela el temor y la inseguridad que sienten los estudiantes en los establecimientos educativos de la ciudad de El Alto por los constantes robos y asaltos que sufren por pandilleros y antisociales. Estos resultados se publicaron en el boletín Uñatataña, dice un Editorial de Cambio.bo
La encuesta se realizó a menores de 30 unidades educativas -una muestra del 10 por ciento-, de los 296 colegios registrados en esa ciudad, donde los adolescentes cuentan que los robos, asaltos y los antisociales son las principales razones para sentirse inseguros en las calles y en la escuela. La mayoría tuvo malas experiencias.
Un 37,7 por ciento de los estudiantes consultados aseguró que existe inseguridad en la calle, otro 7 por ciento mencionó que las agresiones de los pandilleros son constantes, mientras que el 7 por ciento afirmó que hay violencia sexual.
Las pandillas juveniles son cada vez mayores y más agresivas, según el estudio. En la Alcaldía de El Alto hay un registro de 125 pandillas; en cambio, los estudiantes sostienen que existen 165.
Los adolescentes temen caminar por las calles y encontrarse con grupos de pandillas, y muchas veces el peligro se encuentra en las mismas aulas de su colegio, pues hay grupos que los acechan.
Además, las mujeres son las más afectadas por la violencia física y psicológica en la calle, el colegio y la casa, debido a que los varones en muchos casos portan armas blancas en los cursos, consumen bebidas alcohólicas en exceso y, en algunas oportunidades, el consumo de drogas en el interior de los establecimientos aumentó de manera alarmante.
El informe observa una mayor inclinación de la población femenina a recurrir a los padres y madres de familia para afrontar los problemas de inseguridad, en tanto que los varones demuestran una ligera inclinación a acudir a los amigos y no comentar con nadie en caso de sufrir agresiones, participar en éstas o consumir bebidas alcohólicas.
El panorama que muestra la encuesta del Centro de Promoción de la Mujer Gregoria Apaza es muy preocupante porque las potenciales víctimas de la inseguridad ciudadana en El Alto —que no es un caso aislado— son niños y adolescentes que tienen el derecho de ser protegidos por las autoridades jurisdiccionales. Por eso urge que ese informe sea analizado y se tomen las acciones correspondientes.
Un estudio del Centro de Promoción de la Mujer Gregoria Apaza revela el temor y la inseguridad que sienten los estudiantes en los establecimientos educativos de la ciudad de El Alto por los constantes robos y asaltos que sufren por pandilleros y antisociales. Estos resultados se publicaron en el boletín Uñatataña, dice un Editorial de Cambio.bo
La encuesta se realizó a menores de 30 unidades educativas -una muestra del 10 por ciento-, de los 296 colegios registrados en esa ciudad, donde los adolescentes cuentan que los robos, asaltos y los antisociales son las principales razones para sentirse inseguros en las calles y en la escuela. La mayoría tuvo malas experiencias.
Un 37,7 por ciento de los estudiantes consultados aseguró que existe inseguridad en la calle, otro 7 por ciento mencionó que las agresiones de los pandilleros son constantes, mientras que el 7 por ciento afirmó que hay violencia sexual.
Las pandillas juveniles son cada vez mayores y más agresivas, según el estudio. En la Alcaldía de El Alto hay un registro de 125 pandillas; en cambio, los estudiantes sostienen que existen 165.
Los adolescentes temen caminar por las calles y encontrarse con grupos de pandillas, y muchas veces el peligro se encuentra en las mismas aulas de su colegio, pues hay grupos que los acechan.
Además, las mujeres son las más afectadas por la violencia física y psicológica en la calle, el colegio y la casa, debido a que los varones en muchos casos portan armas blancas en los cursos, consumen bebidas alcohólicas en exceso y, en algunas oportunidades, el consumo de drogas en el interior de los establecimientos aumentó de manera alarmante.
El informe observa una mayor inclinación de la población femenina a recurrir a los padres y madres de familia para afrontar los problemas de inseguridad, en tanto que los varones demuestran una ligera inclinación a acudir a los amigos y no comentar con nadie en caso de sufrir agresiones, participar en éstas o consumir bebidas alcohólicas.
El panorama que muestra la encuesta del Centro de Promoción de la Mujer Gregoria Apaza es muy preocupante porque las potenciales víctimas de la inseguridad ciudadana en El Alto —que no es un caso aislado— son niños y adolescentes que tienen el derecho de ser protegidos por las autoridades jurisdiccionales. Por eso urge que ese informe sea analizado y se tomen las acciones correspondientes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario