Un estudio de la Asociación Voces Vitales (AVV) manifiesta que en Bolivia cuatro de cada 10 niños y niñas sufren de violencia verbal, física e incluso sexual en las unidades educativas fiscales y privadas.
- Las subalcaldías de Cotahuma, Max Paredes, Periférica y San Antonio tienen más denuncias de maltratos de profesores a escolares, según la Oficialía de Desarrollo Humano, que depende del Gobierno Autónomo Municipal de La Paz.
La violencia en contra de los estudiantes en las aulas se visibiliza. La Oficialía de Desarrollo Humano, que depende del Gobierno Autónomo Municipal de La Paz, informó que cada día reciben numerosas denuncias de maltratos de profesores a escolares en las unidades educativas de La Paz, dice Cambio.bo
La oficial mayor de Desarrollo Humano, Rosario Aguilar, manifestó a Cambio que la mayoría de las denuncias por maltratos físicos, verbales y violaciones proviene de las subalcaldías de Cotahuma, Max Paredes, Periférica y San Antonio.
La Plataforma de la Familia es la encargada de recibir las denuncias. Los funcionarios investigan el hecho y si se comprueba la gravedad, el caso es remitido al Ministerio Público para que investigue y sancione a los responsables. No hay datos estadísticos de las acusaciones que se presentan en esa oficina.
Asimismo, la Unidad de Transparencia del Ministerio de Educación también recibe denuncias. En el mes de septiembre recibieron 78 denuncias, de las cuales el 15 por ciento corresponde a maltrato físico y psicológico a estudiantes de parte de maestros. Otras denuncias son por cobros irregulares por parte de las juntas escolares o de profesores, y de enconos entre maestros y directores.
El viceministro de Educación Regular, Iván Villa, informó que los profesores que cometen faltas en contra de los estudiantes deben ser sancionados de acuerdo con el Reglamento de Faltas y Sanciones del Magisterio.
Manifestó que uno de los mecanismos que se pone en marcha a inicio de cada gestión es la difusión del mencionado reglamento y el Código del Niño, Niña y Adolescente, y otras normas que protegen a este sector.
Reconoció que algunos educadores ejercen violencia contra los alumnos, pero también indicó que se debe erradicar este mal de las escuelas de todo el país. Los alumnos tienen derecho a una vida escolar sin violencia, porque la escuela es un lugar donde debían convivir la paz y la armonía.
Los alumnos que sufren algún tipo de violencia deben denunciar el hecho al director de la unidad educativa, presidente de la junta escolar, Dirección Distrital de Educación, Defensoría de la Niñez y Adolescencia. En caso de que el hecho suceda en el área rural, se deben elevar las quejas a las autoridades originarias, corregidores, dirigentes cívicos u otras autoridades.
Pero la violencia no sólo se da de profesores a alumnos, también ocurre entre pares (estudiantes).
AVV: 10 niños y niñas sufren de violencia verbal, física e incluso sexual
Un estudio de la Asociación Voces Vitales (AVV) manifiesta que en Bolivia cuatro de cada 10 niños y niñas sufren de violencia verbal, física e incluso sexual en las unidades educativas fiscales y privadas, por lo que urge poner en marcha políticas educativas para frenar este mal silencioso que recorre las aulas.
La publicación define al acoso escolar como los actos agresivos por parte de un grupo de estudiantes hacia su compañero, que se repiten algún tiempo y tienen consecuencias dolorosas para quienes la sufren. Las formas son físicas y verbales.
La física es cuando una persona es golpeada, pateada, empujada, arañada, escupida, tirada del pelo. La verbal incluye llamadas telefónicas ofensivas, apodos denigrantes, comentarios o burlas sobre su raza, sus capacidades o sexo, las burlas malintencionadas, los comentarios crueles, la difusión de rumores falsos y malignos, los gestos groseros y las caras de desprecio.
La violencia escolar también es ignorar, excluir o aislar a una persona por su color de piel, su forma de hablar, su apariencia física, sus dotes o talentos. También incluye la exigencia de dinero o bienes mediante amenazas, el envío de notas ofensivas y amenazantes, y hacer que los demás sientan aversión hacia alguien.
El 70 por ciento de los profesores encuestados admite haber aplicado la violencia. Entre las agresiones más comunes están los golpes con regla en las manos o en los pies de los alumnos y hacerles arrodillar sobre tapacoronas cuando llegan atrasados a clases, según el estudio.
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