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jueves, 18 de noviembre de 2010

Reflexiona a tu hijo sin lastimarlo


Los padres deben enseñarles a los hijos a comportarse adecuadamente y mostrarles para qué existen las reglas y los límites.

-La mejor manera de llamar la atención a los niños es a través de la reflexión, ya que ser muy permisiva o estricta, no ayudan a crearle responsabilidad.


Todos los niños se portan mal en algún momento; es parte de descubrir qué es un comportamiento adecuado y cuáles son los límites. Los niños pueden hacer berrinches, desafiar las reglas, empezar peleas, negarse a cooperar con las rutinas de la familia, insultar y más. Pero, ¿cómo llamarles la atención adecuadamente?, dice una nota reflexiva de Mía de La Razón de La Paz.

Los padres deben enseñarles a los hijos a comportarse adecuadamente y mostrarles para qué existen las reglas y los límites; es importante recordar el objetivo de la disciplina, la cual permite ayudar a que el niño desarrolle el autocontrol y una noción de lo que es bueno y malo.

“Además, el pequeño puede experimentar las consecuencias de su comportamiento, de sus actos, y aprender de sus errores”, señala el psicólogo Eduardo Carbone. La disciplina no implica castigo o conflicto entre padre e hijo, sino “tener una guía de lo que está permitido o prohibido y los resultados de una actitud aprobada o reprochable, pues sin estos parámetros no sabrá cuál es su campo de acción”.

Llamarle la atención en el momento preciso

“Mi hijo aprovecha las visitas en casa para no comer, porque sabe que por respeto a la mesa no podemos insistir. Esto hace que evitemos ir a invitaciones o traer gente a casa”, dice Ana Alarcón (30).

El psicólogo de niños Alexis Olivares coincide con Carbone en que es importante disciplinar a los pequeños. “Sin embargo, es bueno dejarles claro que no se pretende castigarlos por todo lo que hagan. Lo que hay que hacer es reflexionarlos con una conversación de ida y vuelta”. Por ejemplo: ¿te gustaría que te hagan eso a ti?, ¿cómo te sentirías tú si eso te pasara?

Estas preguntas harán que él responda y diga lo que piensa. Si lo envías a su habitación con voz de mando, diciéndole ‘¡estás castigado, ve a tu cuarto!’, el niño no entenderá que pasó e irá a su cuarto a jugar o a ver tele. Lo mejor es reflexionarlo de acuerdo a su edad.

“Jamás se le debe llamar la atención frente a extraños o amigos, esto lo avergonzará y priorizará ese sentimiento”, menciona Olivares. Otro error es amenazar al niño con lo que se les ocurre en ese momento de ira y no cumplir, pues entonces el niño pierde el respeto por el padre y encima, aprende a manipular, ya que sabe que si no cumple una regla, no pasará nada.

Entra en acción

Alarma.
No es bueno asustar a los niños diciéndoles ‘¡si no comes vendrá el cucu y te llevará!’ o ‘¡si sales a la calle un hombre te meterá en un saquillo!’. Esas frases le generan temor y hacen del niño una persona temerosa del entorno. Lo mejor es hablarle para que entienda que sus actos tienen consecuencias y algunos de esos efectos pueden lastimarlo o perjudicarlo.

Flexibilidad. Ser una madre flexible en cuanto a la disciplina durante el crecimiento de los niños es la clave. Los padres deben estar preparados para modificar su modo de educar a sus hijos, según las edades y personalidades, también tener distintas estrategias a medida que sus hijos desarrollen independencia y capacidad de responsabilizarse por sí mismos. Lo mejor es darle buen ejemplo.

Educación. Existen tres estilos de padres: Un padre, o madre, autoritario que controla la actitud de su hijo poniendo énfasis en la obediencia y sólo confía en el castigo. Un padre autoritativo o moderado que fija límites y razonan con sus hijos, considera el punto de vista del niño. Y el indulgente que ejerce un mínimo control. No fija reglas, horarios ni comportamiento.

Texto: Érika Ibargüen Ayub.
Foto: Dreamstime
Experto consultado: Alexis Olivares y Eduardo Carbone, psicólogos.

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